¿Por qué existen diferentes redes blockchain?¿Cómo diferenciarlas?
“Redes”, “protocolos”, e incluso “criptomoneda” son todos conceptos que en el ecosistema se utilizan como sinónimos. Y si bien puede entenderse el porqué de esta forma de usarlos, lo cierto es que más de una vez termina confundiendo a quienes recién están comenzando.
A las cosas por su nombre
¿Qué es una criptomoneda? Si bien dar una definición correcta y sin que nadie se enoje no es nada sencillo, sí podemos decir que este concepto tiene más de una acepción. Por un lado, alude a un protocolo descentralizado y por el otro a una unidad de cuenta específica.
Debido a esto muchas veces se vuelve necesario utilizar sinónimos para poder describir mejor a qué nos referimos cuando hablamos de criptomoneda. Cada término busca resaltar un aspecto distinto y es por eso que resulta importante conocer las diferencias. No todo lo que se conoce como criptomoneda es lo mismo.
Empecemos por el concepto de protocolo. A grandes rasgos, se puede decir que un protocolo es un conjunto de reglas específicas para realizar determinadas acciones. El software con el que se ejecuta Bitcoin, es un ejemplo paradigmático.
Gracias a sus reglas, Bitcoin funciona como funciona. Gracias a esas reglas Bitcoin hoy es una realidad. Es por eso que cuando se habla del protocolo de Bitcoin, usualmente se hace referencia a su funcionamiento concreto, a su software.
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Asimismo, las características intrínsecas del protocolo de Bitcoin hacen que este sea descentralizado. Para que Bitcoin sea así, requiere de que el protocolo se ejecute en más de un dispositivo. Y mientras más dispositivos descarguen y mantengan funcionando el protocolo mejor.
Debido a esto, el protocolo adquiere su carácter de red, en donde cada dispositivo conectado se vuelve un nodo de ella. Esta red, no solo se refiere al conjunto de dispositivos que corren el protocolo en el mundo material, sino que también se utiliza como expresión de totalidad, como el concepto en que nos apoyamos para dar cuenta de Bitcoin como criptomoneda, como un todo. Todo lo que suceda dentro de Bitcoin, sucede en la red de Bitcoin.
Por último, pero no menos importante, tenemos la unidad de cuenta nativa de nuestra red. En este caso los 21 millones de bitcoins. Estas son las “criptomonedas” que tenemos en nuestras billeteras. Pero estas no son el único tipo de criptomonedas existentes.
La revolución de los contratos inteligentes
Con la llegada de Ethereum y los contratos inteligentes, la industria cripto dio un salto enorme. Agregarle programabilidad a la blockchain sin duda aceleró -y sigue acelerando- el desarrollo de este tipo de tecnología.
Con la llegada del estándar ERC-20, ahora cualquiera podía “crear su propia moneda” en muy poco tiempo, esto en parte explica la explosión de tokens que Ethereum posibilitó.
Esto vuelve a marcar una nueva diferenciación. Ahora las redes blockchain que puedan integrar otros tokens en ellas devienen plataformas/blockchains “multimonedas”, ya que soportan tanto la criptomoneda nativa (la unidad de cuenta de la red), y los tokens (“criptomonedas” varias que se apoyan alguna plataforma para existir).
Esta diferenciación es crucial, ya que a día de hoy, cada plataforma multimoneda no es intercompatible con el resto. Se necesita pasar por puentes para poder pasar una token cualquiera de una red a otra, si es que ese token es compatible con ambas redes en cuestión.
En caso de no serlo, lamentablemente no podrá ser transferido, y en el peor de los casos, de haber sido enviados se perderán. Además, que un token sea compatible con más de una red no quiere decir que podamos transferirlos como si nada. Pasar por el puente correspondiente siempre será necesario.
Cada red tiene sus propias características. Por ejemplo, utilizar la red de Binance Smart Chain es mucho más barato y rápido que la red de Ethereum, a costa de una mayor centralización. Estas cosas son muy importantes de saber antes de decidir donde vamos a depositar nuestro dinero.
Una primera forma de distinguir la red que es compatible con nuestros tokens es ver nuestra dirección de depósito. Las direcciones de Bitcoin no son iguales a las de Ethereum, ni a las de Cardano, ya que todas son plataformas diferentes.
Sin embargo, con esto no alcanza ya que, por ejemplo, Ethereum, Binances Smart Chain y Polygon comparten el mismo tipo de direcciones. Por eso, lo mejor siempre es revisar en la página oficial o fuentes confiables que nos digan qué redes son compatibles con el token que queremos interactuar. De esta forma se evitarán errores que pueden llegar a costarnos muy caro.