¿Qué es el staking y cómo funcionará en Ethereum 2.0?

¿Qué es el staking y cómo funcionará en Ethereum 2.0?

Autor: Gonzalo Mora.

La transición de Ethereum a Ethereum 2.0 trae como novedad un cambio central en lo que se conoce como el motor de la blockchain: su sistema de consenso. De uno basado en Proof of Work, la nueva actualización dará el salto hacia un consenso basado en Proof of Stake. A continuación, veremos cuales son las razones de este cambio, sus implicancias, y las nuevas oportunidades que le brinda a los usuarios.

¿Proof of Work o Proof of Stake? El eterno dilema

Para entender qué es el staking es necesario comprender conceptos básicos del funcionamiento de una blockchain. Como su nombre lo indica, la blockchain -cadena de bloques en español- es una red que funciona a medida que nuevos bloques de información se van agregando a una cadena. Esto, en el mundo cripto, se realiza con un funcionamiento descentralizado. No existe una entidad central que determine qué datos se pueden agregar, ni en qué orden se los agrega.

Quote: la información que almacenan estos bloques en su mayoría son saldos de las cuentas participantes y sus transacciones de envío y recepción.

Como no existe una autoridad central, es necesario que el sistema cuente con una forma de llegar a un consenso entre los participantes, que determine cómo y quién tiene el derecho de agregar el siguiente bloque de información a la red. Este mecanismo de consenso lo podemos pensar como un motor: es lo que le da impulso, lo que permite que funcione y avance. En nuestro caso, el sistema de consenso es lo que permite agregar un bloque una y otra vez de forma permanente, durante el tiempo que dure la red activa.

El primer motor de una blockchain fue, por supuesto, el de Bitcoin. A su sistema de consenso se lo llama Proof of Work           -Prueba de Trabajo en español- ya que está basado en trabajo computacional, lo que en definitiva se reduce a gasto de energía eléctrica. Para consensuar quién agrega el próximo bloque a la red hay que consumir energía eléctrica. En cuanto a Ethereum, funciona con un mecanismo similar, también basado en este sistema de consenso.

Por otro lado, nos encontramos con otro tipo de motor. El tan mentado sistema de consenso conocido como Proof of Stake         -Prueba de Participación en español-. En este sistema, para poder agregar un bloque es necesario contar con otro tipo de recurso. En vez de energía eléctrica, un recurso físico, se utiliza un recurso virtual, el cual mayormente suele tratarse del propio token nativo de la red.

Quote: en la red de Ethereum el token nativo es el ether, y su código es ETH.

Para poder agregar un nuevo bloque es necesario entonces adquirir un monto suficiente del token propio de la blockchain. Mientras más tokens uno posee, más posibilidades tiene de ser elegido para agregar bloques. La forma de obtener seguridad es exigiendo que un mínimo de tokens sean bloqueados en la red como seguro. En el caso de existir un comportamiento malicioso, el actor en cuestión podrá perder sus tokens, lo que se conoce como slashing.

El staking, entonces, es el equivalente en PoS a la minería del PoW. En donde uno puede poner a disposición de la red sus tokens, para brindarle mayor seguridad -ya que mientras haya más gente usando recursos en la creación bloques, el costo de ataque aumenta- y a la vez obtener un beneficio de la creación de nuevos bloques.

Staking en Ethereum 2.0

El principal motivo de la migración hacia un sistema de Proof of Stake en Ethereum es el de la escalabilidad. Una de las ventajas que posee este sistema es el hecho de que al no depender de un recurso energético, el aumento de escala deviene mucho más eficiente. Hoy en día, Ethereum soporta aproximadamente 30 transacciones por segundo, mientras que se estima que Ethereum 2.0 llegue a las 100.000.

Esta transición no está libre de inconvenientes ya que al cambiar el sistema de consenso, Ethereum dejaría de contar con mineros para pasar a tener validadores, los primeros generando ingresos con sus equipos de minería, los segundos con ether. Lo que lleva a un claro conflicto de intereses. Ejemplo de ello es la nueva actualización EIP-1559, meta importante en el camino a seguir.

Si bien los mineros pueden no estar muy contentos con el cambio, quienes posean ETH tienen una nueva alternativa de inversión: ahora pueden usar sus ETH para recibir más recompensas en esta moneda a través del sistema de staking.

En Ethereum, ya es posible ser validador para poder realizar el staking, aunque dentro de los requisitos necesarios, además de contar con conocimientos técnicos específicos -principalmente un buen manejo de Solidity, el lenguaje de programación de la red- hay que contar con 32 ETH, que al momento de escribir este artículo ronda los $58.500 dólares aproximadamente.

De todas formas, quienes posean menos de esa cantidad, pueden hacer staking a través de diferentes pools de staking, es decir, pueden delegar a un actor que ya sea un validador y quiera aumentar su volumen de ETH utilizado. Esto, por supuesto, tiene sus riesgos, ya que en definitiva le estarás confiando tus monedas a un tercero, pero la recompensa estimada está rondando un 5% anual.

Otro riesgo a tener en cuenta es el hecho de que esos ETH estarán bloqueados por lo menos hasta el lanzamiento de Ethereum 2.0, que si bien se presume puede llegar a estar listo antes de fin de año, la certeza aun no es total al respecto.

Una forma de mitigar este problema, sin embargo, fue a través de la creación de ETH sintético. Esto es, al depositar ETH en ciertas pools, las mismas brindan un token que sirve para intercambiarlo en el mercado con la promesa de que cuando se liberen los ETH bloqueados puedan intercambiarlos por ellos.

Como podemos ver, esta oportunidad que brinda la transición al sistema Proof of Stake, tiene sus riesgos, pero también sus beneficios. Lo que es seguro es que una vez que la transición esté completa, Ethereum 2.0 permitirá a más personas obtener recompensas por brindarle seguridad al protocolo, lo cual es una gran noticia y al final del día, somos todos los usuarios los que nos vamos a beneficiar del cambio.