Bitcoin sin Satoshi: por qué el creador pasó a ser irrelevante

Bitcoin sin Satoshi: por qué el creador pasó a ser irrelevante

A pesar de que hoy la red Bitcoin atesora el equivalente a más de 90.000 millones de dólares, todavía no se sabe quién tuvo la idea original. Satoshi Nakamoto, el seudónimo detrás de la creación de la primera criptomoneda se transformó en una de las mayores y más recientes leyendas de internet. Pero la realidad es que Nakamoto ya no importa. El creador se volvió irrelevante.

Alguien tenía que hacerlo

Satoshi participó activamente en la comunidad de Bitcoin durante un año. En 2010 el creador anónimo desapareció y no volvió a escribir sobre el tema. Al principio fue su invento y lo presentó en el grupo de mails de la comunidad de criptografía, pero no recibió mucha atención por parte de otros miembros. Aún así, no se desanimó y tiempo después volvió a dirigirse a ellos, esta vez con la primera implementación de su idea. Materializar sus ideas en una pieza de software le valió el interés de la comunidad.

Así se formaron nuevos grupos de discusión. Abrieron un nuevo grupo de mails para discutir únicamente sobre Bitcoin. El tema se instaló en los foros de la fundación P2P, enfocada en tecnologías descentralizadas, y el mismo Satoshi creó BitcoinTalk, el principal foro dedicado a la primera criptomoneda.

Ya no era el único que hablaba de Bitcoin. Ahora Bitcoin es una comunidad y, debido a su diseño, nadie es su dueño. Satoshi logró que otras personas comiencen a trabajar en su proyecto impulsados por interés genuino y de forma voluntaria. Hoy, quienes deseen leer los comentarios y opiniones del creador original pueden hacerlo en el archivo del Satoshi Nakamoto Institute.

Sin su permiso

Cualquiera puede desarrollar una aplicación para la red Bitcoin. Al tratarse de tecnología de código abierto y con una licencia MIT que permite su reutilización, Bitcoin sirve para lo que cada uno quiera usarla, sea un sistema de pago, la forma de trazar el origen de un producto o lanzar un juego de gatitos coleccionables. Satoshi pudo haber tenido su visión de Bitcoin, de lo que quería lograr con su desarrollo, pero lo fundamental de esta tecnología es que Bitcoin no es esa persona o ese grupo de desarrolladores anónimos. Bitcoin es una comunidad. Todos somos Bitcoin.

Aún cuando nunca hubo que pedirle permiso a Mr. Nakamoto para probar una idea nueva, su salida obligó a la comunidad a organizarse para continuar con el desarrollo. Aunque sea de manera informal, los involucrados colaboran. Algunos lo hacen a través de un repositorio de Github, otros, discutiendo en Twitter.

Es que desde el lanzamiento de la criptomoneda en enero del 2009 y especialmente desde que otras personas conectaron sus nodos a la red, Satoshi no tiene control del proyecto. Para implementar un cambio, es necesario convencer al resto de los participantes de que acepten las nuevas reglas. De lo contrario, podrían ignorarlo y dar lugar a un hardfork, una bifurcación, en la cadena.

La realidad es que desde que publicó sus primeros desarrollos, Satoshi pasó a ser uno más de la comunidad. Actualmente, es probable que Satoshi esté muerto, pero también es igual de probable que hasta el día de hoy siga colaborando con el proyecto, escribiendo código y participando de las discusiones. Nakamoto demostró que es posible impulsar cambios desde el anonimato es posible y por su decisión de permanecer en las sombras podríamos asumir que incluso él está de acuerdo con su irrelevancia.